«Todas las películas han envejecido de golpe diez años».
Lo dijo Jacques Rivette refiriéndose a Te querré siempre, en abril de 1955 en Cahiers du Cinéma. Para él esta película dirigida por Roberto Rossellini marcaba un punto de inflexión:
«Nada más despiadado que la juventud, que esta intrusión categórica del cine moderno, donde por fin podemos reconocer lo que esperábamos confusos…He aquí nuestro cine, nosotros que nos disponíamos a hacer películas…»
En octubre de ese mismo año, en la revista Primer Plano el crítico español Gómez Tello calificaba la misma película de vulgar y mediocre y casualmente también comenzaba su sentencia recurriendo a la expresión «he aquí»:
«He aquí un bluff que se deshace. Es cruel ver la caída del mito Rossellini. Pero es natural. Eligió el peor camino: el de dejarse halagar por las capillitas que devoraron lo que podía haber en él de talento».
Cada uno por tanto vio una película distinta. El primero intuyó el comienzo de algo, algo importante (el cine moderno, nada más y nada menos), mientras que el segundo la interpretó como el abandono del neorrealismo por parte de Rossellini y el final de su carrera.
En 2010 el director iraní Abbas Kiarostami, tomando como punto de partida Te querré siempre, dirigió Copia certificada. Ambas historias comparten premisa, una pareja que se ve obligada a enfrentarse a las grietas de su matrimonio. Kiarostami además incorpora en la trama una reflexión acerca del valor que tiene la copia frente al original (si es que existe algo puramente original) y así también nos hace partícipes de esa relación que tiene la película con su referente. Al verla me vino a la cabeza F de Fraude (1973), una película un tanto ensayística de Orson Welles en la que relacionaba el poder de las imitaciones con la función del arte y en consecuencia también con la del cine.
Intentar unir estas tres películas a través de sus ecos comenzó siendo un ejercicio inocente que ha terminado por darle la razón a Rivette cuando llegó a afirmar que «me parece imposible ver Te querré siempre sin tener enfrente la prueba de que este filme abre una brecha, y de que todo cine debe pasar por ella bajo pena de muerte.»
Y es que 50 años después el cine sigue pasando por ella.
Una breve y hermosa lección de cine por alguien que sabe mucho del que, a pesar de muchos, sigue siendo el SÉPTIMO ARTE.
Este CUADERNO DE NOTAS CINEMATOGRÁFICAS promete mucho.
¡Gracias!
El montaje me ha parecido muy bueno.
Me encanta el cine.
Y estoy feliz de haber encontrado este blog.
Muchas gracias, ¡vuelve pronto entonces!