Buenos Aires y leer con gente

Aun siendo martes, el día habitual de cierre, hoy el MALBA celebra una jornada de lectura silenciosa y el hall está abierto a partir de las 6 de la tarde. Han colocado almohadas y algo así como pequeñas tumbonas de tela a lo largo de toda la escalinata de mármol. Cuando llego ya hay gente apoyada en la barandilla y recostada en la grada, tanta que no es fácil encontrar un hueco que te permita estirar las piernas. A eso de las 7 y media, cuando el vigilante hace su ronda, parece un bañista esquivando lectores en hora punta para tratar de llegar algún tipo de orilla imaginaria. Una trabajadora del museo reparte una breve encuesta en la que debes apuntar qué libro estás leyendo. Curiosamente, la chica que está a mi izquierda ha optado por “Nuevo Cine Argentino”. Sin saber muy bien qué ambiente me iba a encontrar, yo he traído el triunvirato (academia, novela y poesía) y saco de la mochila Watching Films: New Perspectives on Movie-Going, Exhibition and Reception. Poco después comienzo un nuevo capítulo en el que se analiza el circuito de cines independientes de Nueva Zelanda y la forma en la que estas salas, a través de sus servicios, construyen una distinción cultural para sus clientes. Son locales que presumen de no vender palomitas ni Cocacola, pero en los que puedes tomar café o una copa de vino tinto mientras ves la película. Con esto en la cabeza, levanto la mirada y me sorprende la quietud y la falta de distracciones a mi alrededor. La atmósfera es realmente agradable y la gente parece compartir ese gusto por leer en un lugar donde normalmente no puede hacerlo.

Doy una vuelta y me fijo en los carteles que blindan el auditorio: La idea de un lago, Cuatreros y Las lindas. Me acuerdo de repente de Eugenia, la productora que vino a presentar la película a Filmadrid, y de su acento porteño en mitad de Lavapiés… Pasadas las 8 me doy cuenta de que la música ambiental que estaba sonando ha sido sustituida por temas suaves de electrónica que un DJ pincha en el vestíbulo. La luz ha cambiado y la escalinata ahora está mucho menos concurrida. Ya no se ven termos para el mate, sino que ahora abundan las copas de vino. Copas de vino en el lateral de los escalones. Copas de vino que se acumulan en las mesitas bajas.

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