Me contó cómo se conocieron y cuál fue la primera frase que ella le dijo a él. No recuerdo si mencionó dónde ocurrió, pero desde el principio los imaginé en un bar, él quitándose las capas de abrigo y ella junto a la barra, a punto de ponerse a bailar, esos primeros movimientos del cuerpo que sirven para sondear por dónde viene la canción y entrar en su inercia. Estarían rodeados de gente pero daría igual. Él dudando, con una sonrisa incrédula, si aquella desconocida había pronunciado realmente esas palabras o si la música tan alta había engañado a su oído. Me gustó que matizara «no estábamos borrachos», dándole más importancia a la verdad del impulso cuando le dijo aquello. Puede que ella tuviera el pelo rubio y los labios de un rojo chillón que no te dejan mirar para otro lado. No lo sé, puede que fuera morena y de la misma estatura, y eso probara que la relación posterior siempre iba a ser de igual a igual y con los mismos síntomas de orgullo por ambas partes. O puede que fuera un poquito más baja y castaña, muy delgada, una chica cuya presencia tardas en detectar pero cuya ausencia la notas de inmediato.
En realidad eso es todo lo sabía. Aquella frase y los diferentes rostros que ella podría tener.
Los siguientes días tuve muchas ganas de grabar algo y me llegué a convencer de que habría tiempo para hacerlo antes de septiembre, en mitad de todas las otras cosas que eran muchas… Al final las noches de insomnio te atan a la mesa y acabas reescribiendo desde el ordenador, revisando escenas de otros para hacer una nueva, una sobre lo que pudo pasar, una donde la frase importante venga al principio como ella había hecho. La oigamos o no…
Esto no tiene voluntad de ser un vídeo ensayo, si acaso sería otra manera de hacer referencia a todas esas situaciones comunes que envuelven las tramas románticas en las películas de Philippe Garrel (también podría haber sido Hong Sang-soo), a la presencia continuada de su hijo Louis en esta última etapa y a cómo los distintos blancos y negros nos facilitan la ilusión, si ponemos de nuestra parte, de estar viendo siempre la misma película.
Sigo descubriendo el cine de verdad con tus «notas cinematográficas»….Siempre agradecido. Orlando
¡Y yo de que te pases por aquí a descubrirlas! Un abrazo