DocumentaMadrid (I): Gabor (Sebastián Alfie, 2013)

A veces de tanto repetir que el cine es tiempo se nos olvida que el cine también es luz. Hace unos años me sorprendió descubrir que Luis Cuadrado, director de fotografía de películas como El espíritu de la colmena o La caza, había fotografiado Pascual Duarte cuando ya estaba perdiendo la vista. El creador de la luz-miel se quedó ciego antes de que pudiera empezar Cría cuervos y fue su alumno aventajado, Teo Escamilla, quien le tomó el relevo en la película de Saura.

Gabor, el protagonista de este documental homónimo, también es un director de fotografía ciego desde hace 10 años. Húngaro de nacimiento y con una vida que daría para más de una película, ahora reside en Barcelona y vive de alquilar sus cámaras y sus objetivos. En su vida se cruza Sebastián Alfie, realizador de publicidad, que le propone grabar con él un cortometraje para una fundación que presta ayuda a invidentes en Bolivia. El documental plantea rápidamente el gran interrogante: ¿puede alguien que no ve trabajar con imágenes?

GABOR-ENTRA-AL-ESTUDIO-POR-PRIMERA-VEZ

Ya desde el comienzo la película opta por la comicidad para mostrar la trastienda de un rodaje de este tipo, un  acierto que se alimenta sobre todo de la lucidez de Gabor, pero el documental también plantea algunos problemas. Por un lado, narrando en voz en off las dudas que alberga sobre el viaje que emprenderán, Alfie se adueña del relato en primera persona haciendo que el punto de vista del espectador pase a ser el suyo, cuando lo realmente interesante habría sido ponernos en el lugar de Gabor. En este sentido, también es una ocasión perdida que la película se alimente únicamente del reto argumental y no adquiera su propio reto formal (¿cómo transmitir en imágenes y sonidos la subjetividad de una persona que no ve?).

EL-TRAVELLING

Por otro lado, podemos decir que el interrogante se queda a medio contestar y se pasa de puntillas sobre la colaboración entre director y director de fotografía. Siendo esta una historia de superación que pone el foco en lo humano, no sería justo demandar una reivindicación solemne del oficio o una reflexión técnica sobre la luz cinematográfica, pero la supeditación de lo formal a la emoción amenaza en ocasiones con virarse hacia la moraleja facilona sobre las capacidades profesionales de los invidentes. Esto, que tanto gusta en el terreno publicitario, queda más que subrayado por una música que termina ahogando la narración. Las imágenes quedan bloqueadas por unas melodías constantes que ansían el protagonismo y finalmente una historia que pretende hablar sobre la imagen y la ausencia de ella cede el timón a la banda sonora. Siempre conviene tener en mente el aforismo de Bresson:

Si el ojo es conquistado por completo, no dar nada o casi nada al oído.
*No se puede ser a la vez todo ojo y todo oído.


* Y a la inversa … si el oído es conquistado por completo, no dar nada al ojo.
 

* * * * *

Ya estando en Bolivia, Gabor se planta cuando producción les aconseja grabar en un pueblo de las montañas aunque allí sean habituales los cortes de luz. Efectivamente, en mitad del rodaje se va la luz pero pueden seguir rodando porque, siguiendo el consejo de Gabor, habían alquilado un generador. Sebastián Alfie da gracias por su cabezonería. Hoy me encuentro con el NO-DO de enero de 1978, con Luis Cuadrado hablando sobre el Nuevo Cine Español (el antiguo Nuevo Cine Español):

-¿Qué consejos darías a los futuros operadores?

-Que sean en su trabajo algo más que exigentes, que sean intransigentes. Aunque en el momento de la intransigencia todo el mundo se enfadará con ellos, en la proyección se lo agradecerán. Ese es mi consejo.

Una respuesta a “DocumentaMadrid (I): Gabor (Sebastián Alfie, 2013)

  1. Querida Andrea, me parecía, efectivamente muy potente de dónde parte este documental y de la persona que se ocupa, Gabor. Qué interesante. Así como la pregunta clave: ¿puede alguien que no ve trabajar con imágenes? o ¿cómo se puede reflejar lo que ‘ve’ o cómo ‘percibe’ un invidente?

    Es una pena cómo de material tan increíblemente atractivo, surge un documental fallido (y lo explicas de una manera tan elegante, tan bien explicada y argumentada).

    Me ha venido a la cabeza un documental que me fascinó cuando lo vi y que trataba sobre la invidencia. Venía de Eslovaquia y se titulaba Blind loves (de Juraj Lehotsky). Los protagonistas eran Peter, un profesor de música en un colegio para niños ciegos. Un profesor que junto a su esposa crea un universo propio de imaginación desbordante. Elena y Maco van a ser padres… y cuenta como asumen esa etapa en sus vidas. Miro y Monika, que quieren casarse. Miro es gitano y busca la aprobación de los padres de ella. Y Zuzka, una adolescente que siente en Internet un espacio para enamorarse y ser feliz. Los protagonistas tienen distintas maneras de sentir el amor… y todos tienen algo en común: son ciegos. Lehotsky lleva más lejos que nadie, esa frase que hemos escuchado cientos de veces: el amor es ciego…

    Besos
    Hildy

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