El padre de mis hijos (Mia Hansen-Løve, 2009)
Estos días programan en el Círculo de Bellas Artes de Madrid un ciclo de óperas primas y ando pensando en esas películas del principio, las que sufren de cierta rigidez y contienen patinazos o ataduras, erratas poco disimuladas, películas demasiado pensadas porque al principio lo piensas todo demasiadas veces. Y sin embargo es una imperfección seductora, ya apunta hacia algún sitio aunque con la suficiente timidez para estar algo perdida, con cierto descaro para creerse más de lo que es pero sin llegar a la pretensión facilona, meditada pero inconsciente, impulsiva, entusiasta.
En el libro Mi primera película toma 2 Stephen Lowenstein reúne un conjunto de entrevistas en las que varios directores hablan sobre sus primeros trabajos, cuando comienzas a descubrir que haces el cine que puedes y no el cine que quieres. A eso se refiere Richard Linklater en este fragmento:
¿Sabías desde el principio el tipo de cine que querías hacer?
La verdad es que no. Ya había hecho un par de películas cuando empecé a pensar: «Oh, Dios mío, este debo ser yo. Supongo que nunca seré aquello otro». De alguna manera es un día triste. Antes de que hagas nada, el mundo está abierto a todo, de la misma manera que un actor puede decir: «Ah, quiero ser Meryl Streep o Robert de Niro». Pero en un momento dado te miras en el espejo y dices: «Mierda, vale, esto es lo que soy. No soy lo que quería, pero soy esto». Aceptas tus limitaciones y aprendes a vivir con ellas.
Lo leí y pensé que tenía toda la razón pero después reparé en el adjetivo «triste» («de alguna manera es un día triste») y ahí ya tuve mis dudas. ¿Tristeza? No, claro que se cierran caminos pero puede más la emoción y el alivio al mirarte al espejo y descubrir que hay un cine esperándote, intuir qué cine eres. Pueden más las ganas de aceptarlo y crecer con él, aunque la perfecta imperfección de la ópera prima -que ahora te define y de la que algún día renegarás- ya no pueda volver a repetirse.
… Me gusta las películas del ‘principio’ y las películas del ‘final’… creo que ahí (en la película del principio), como dice Linkater, se descubre mucho de lo que un realizador es y puede llegar a ser… y en la película del ‘final’ cómo ha sido ese recorrido. Hay finales más felices que otros como las películas…
Creo que cuando vislumbras las primeras obras más que un día triste del creador porque descubres los límites, es un día de revelación porque vas descubriendo y descifrando su lenguaje y camino. Su manera de contar historias, de comunicarse.
Existen los realizadores de una sola película… donde todo se encierra en una sola obra, en unos cuantos minutos. Por cierto, cómo me gustó El padre de mis hijos…
Besos
Hildy
«Las películas del final», es verdad, Hildy, al unirlas con las primeras se podrían ver muchas cosas. Supongo que a uno le da por pensar en lo que tiene más cerca y ahora me sitúo en el más absoluto principio del principio. Yo también veo ese momento como una revelación más que como una derrota. Ah, y Mia Hansen Love ya está preparando su cuarta película, «Eden»: http://www.imdb.com/title/tt3090634/?ref_=nm_flmg_dr_1
Gracias por escribir.
¡Besos!