En los festivales también se ven películas que no te gustan pero por suerte se te olvidan rápido, te quedas con las cosas buenas que puedan tener y también te fijas en las malas, para saber detectarlas, para no caer en la misma trampa dos veces. Una vez hecho, pasas a la siguiente sesión sin cabreos ni rencores porque de nada sirve pensar qué podrías haber visto o hecho durante esas dos horas que ahora parecen malgastadas aunque en el fondo no sea para tanto. En cambio, las películas que te gustan (las que te gustan de verdad) se te pegan al cuerpo durante todo el día. Ayer por ejemplo tres de ellas lo consiguieron: Gravity de Alfonso Cuarón, Gloria de Sebastián Lelio y Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba. Pocos puntos tienen en común y eso aun me gusta más.
Si Gravity parte de un suceso extraordinario en un lugar tan vasto como el espacio, Gloria se construye con pura cotidianidad chilena, con sucesos tan rutinarios como una cena familiar o una borrachera tonta de hotel y Vivir es fácil… es una película cuyo guión parece cantarte al oído eso de I wanna hold your hand. Y tú dejas que te coja de la mano, cómo no te vas a dejar si te lleva hasta el mar y te hace reír…
Nada que ver la tecnología que envuelve cada plano de Cuarón (la cámara flota por la Vía Láctea y nosotros con ella) con la luz y el color que David Trueba extrae de Almería, ni con las ganas de bailar que te transmite la protagonista de Gloria. Tampoco sus intenciones coinciden. Gloria consigue que empatices con una mujer de cincuenta y tantos que, lidiando con familia, vecinos y amantes, se tambalea entre la vitalidad y la depresión. El viento del sur que atraviesa Vivir es fácil… en el fondo es un vendaval de ternura (fresco y a la vez melancólico, pretérito y presente) y por el que te pasas tres cuartas partes de la película sonriendo. Y por su parte Gravity no disimula la pretensión por abarcar la trascendencia. Varias de sus escenas, especialmente la final, crean imágenes tan simbólicas que ya buscan hueco en la Historia del Cine. Es una grandiosidad evidente pero en ningún momento sientes que esté metida a calzador. Tendrá sus puntos flojos de guión, momentos en los que la música sobre y Sandra Bullock sea Sandra Bullock pero no importa porque tú también has dado la mano y ahora tenéis que salir juntos de ahí. Cuarón explicó en la rueda de prensa que tardaron 4 años en hacerla, sencillamente porque al terminar el guión se dieron cuenta de que aun no existía la tecnología necesaria para poder rodarla. Quizá exagere pero puede que haya algo ahí del afán del ser humano por los retos y querer ir siempre más allá, no conformarse con pisar la Luna y ya estar pensando en Marte.
El único punto en común que pueden tener estar tres películas es que sus personajes se «sacuden el miedo», como Javier Cámara les aconseja a sus compañeros de viaje en una escena de Vivir es fácil. Se crecen frente a las adversidades en cada una de sus historias e intentan convertir esa experiencia en algo único. Pero en realidad no las quería reunir aquí para compararlas sino para celebrarlas. Celebrar que el cine tenga polos tan opuestos en argumentos, personajes y propuestas. Y que en todos sus extremos sea capaz de contarnos historias tan distintas y contarlas tan bien, de transmitirnos esas ganas por crecernos y plantar cara. Capaz también de hacer de la tecnología un aliado artístico, o al contrario, de priorizar la orfebrería y mimar lo más pequeño, de centrar el foco en la espiritualidad más abstracta o en la estrofa de una canción, en el tacto de un pecho… Cine que a veces quiere hacer historia y otras veces prefiere concentrarse en escribir a mano. Cine que, siendo en el espacio, en Chile o en Almería nos pone los pies en la tierra y al mismo tiempo nos eleva unos cuantos metros del suelo. Cine que consigue que salgamos con ganas de más cine, de hacer cine y de ver cine. Con ganas de bailar.
Me apetecen las tres propuestas.
… Esperaba el siguiente trabajo de David Trueba, ya que le disfruté mucho en Madrid 1987 y tenía ganas de saber cuál sería su siguiente propuesta.
Y de Alfonso Cuarón tenía ganas de más desde que me dejé llevar por Hijos de los hombres… Se mueve cómodo en mundos futuros…
He leido bastante sobre Gloria y ahora te leo a ti… y apetece.
Sigo esperando tus crónicas.
Y de momento has hecho que tenga ganas de acercarme tres veces a la sala de cine.
Besos
Hildy
Habrá un texto final con algunas otras recomendaciones, además creo que tienen muchas posibilidades de acabar estrenándose aquí que es lo importante.
¡Gracias por pasarte y comentar!
Besos